El sistema es simple:
los fotones de la luz solar (o de cualquier otra fuente) sobrecargan a los electrones del compuesto del panel fotovoltaico (silice) generando una diferencia en la relación con su componente paralelo de carga positiva, desvinculándose este excedente de energía y transmitiendose a un conductor eléctrico. Esta energía, que es acumulada en baterías, debe pasar por un controlador que administra y envía la corriente directa (DC) a las ampolletas u otros aparatos que requieran de este tipo de electricidad, o bien, es enviada a un inversor, que es un dispositivo que convierte la corriente directa en corriente alterna (AC) para poder ser usada en la gran mayoría de los aparatos y electrodomésticos de uso común.
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viernes, 4 de septiembre de 2009
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